Written by Discurso, Prensa

Sen. Javier Corral al referirse al dictamen que declara el día nacional de la oratoria

Compañeras Senadoras, compañeros Senadores: Bienvenido al Senado de la República, Juan Francisco Ealy Ortiz, Director y Presidente de El Universal, el Gran Diario de México.
El dictamen que ahora se somete a consideración del Senado, es un dictamen ad hoc a la naturaleza de este órgano.
Porque el dictamen honra el principal instrumento del trabajo de cualquier legislador y de cualquier Parlamento, que es la palabra.
La palabra que está como instrumento de trabajo y la palabra que está como garantía del acuerdo que se cumple.
Porque si en algún recinto la palabra se escucha, se ofrece y se pone como garantía, es donde se parla: el Parlamento.
Por eso hemos de celebrar, desde Acción Nacional, el dictamen que declara el “Día Nacional de la Oratoria”.
Una tradición de la que aquí se ha hablado mucho y de la que valdría hacer algunas reflexiones.
Porque a veces cuando se habla de oratoria se piensa solo de la técnica del buen decir.
Cuando se habla de la oratoria, siempre se piensa en estilos o técnicas para hablar en público. Incluso hay quienes dan algún curso básico para no ponerse nervioso frente a las audiencias.
Pero la oratoria va más allá, porque la oratoria no solo es estilo y técnica, la oratoria es contenido fundamentalmente.
Solo una idea se puede transmitir a otro, cuando encierra una fuerza. Solo la oratoria que es capaz de conmover a otros, es aquella que encierra un mensaje para el hombre, para la comunidad; que es capaz de conmoverla, que es capaz de convencerla, que es capaz de motivarla.
No se trata solo de la técnica del buen decir, el manual del discurso político-parlamentario.
Una oratoria puede convertirse en convicción y motor, solo cuando encierra un mensaje propositivo para el hombre y para la comunidad; cuando lleva la fuerza de un mensaje humano que se le dirige con toda la fuerza que se necesita para conmover a tantas generaciones que ya no se admiran tanto ante la palabra, sino solo ante la imagen.
Y eso es la importancia del dictamen, señor Presidente del Senado.
El dictamen recupera esta forma quinta esencial, trascendental que es el diálogo a través de la palabra o la comunicación a través de la palabra oral.
Y, por supuesto, que la recupera de una tradición que El Universal ha llevado a cabo a lo largo de muchas décadas.
¿Y por qué es El Universal el que tiene y ha tenido esta iniciativa desde las primeras horas de su luz pública en la República? Porque El Universal, como todos lo sabemos, fue fundado por un político, por un escritor, por un periodista, por un Diputado, un Diputado constituyente, porque Félix Palavicini fue Diputado constituyente de Querétaro en el 17, y sabía de esa combinación formidable de la palabra escrita con la palabra oral, que se le dice al Parlamento para convencerlo, para motivarlo, para persuadirlo, de que hay que recuperar a la República desde el texto de la Constitución.
De esa tradición que es, por cierto, una de las mejores tradiciones griegas, porque la oratoria, cuando hablamos de la verdadera oratoria, hablamos del arte de la palabra.
Decía Gustavo Adolfo Bécquer, en una introducción que a mí me gusta mucho, que me llama mucho la atención, la introducción que le hizo a su compilación de rimas, de poemas, decía Bécquer que: “la obra del escrito cuando construye un poema, cuando elabora un ensayo, cuando es capaz de confeccionar una novela, un cuento, es en realidad un arte”.
Yo digo que es el arte también de la oratoria, decía Bécquer en esa introducción sinfónica de sus rimas: “En los oscuros rincones de mi cerebro, acurrucadas y desnudas yacen las extravagantes hijas de mi fantasía, esperando que la palabra las vista para presentarlas elegante y decentemente vestidas en la escena del mundo”.
Ese es también el arte de la oratoria cuando sabe utilizar el idioma, la palabra, para vestir elegantemente el pensamiento y ofrecerlo a un público, no se necesita insultar para convencer.
Muchas veces he sostenido en la tribuna del Parlamento mexicano que no es la fuerza de la denotación, sino la frescura del pensamiento lo que convence. Esa es la verdadera oratoria y, sobre todo, en el Parlamento, la oratoria que se pone al servicio de las mejores causas de México y no de la traición de sus intereses, y no la que sirve para el ocultamiento, la complicidad, para el halago falso; sino la oratoria que llama a la acción, a la salvación de la República, a la palabra, porque en el origen fue la palabra y esa es una verdad milenaria.
Por eso, desde el PAN respaldamos el dictamen, celebramos la iniciativa y saludamos a uno de sus impulsores, el Presidente y Director General de El Universal.
Muchas gracias.