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Discurso de Aleida Calleja por el 10° aniversario de la Amedi

Discurso de Aleida Calleja por el 10° aniversario de la AMEDI

Muchas gracias por acompañarnos el día de hoy en la celebración del décimo aniversario de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información, la AMEDI. En un noviembre de hace 10 años un grupo de especialistas y emprendedores de larga data en la defensa del derecho a la información constituyeron formalmente a esta asociación, cuya finalidad fue desde el principio efectuar todas aquellas acciones que permitieran avanzar en este derecho como piedra angular para el ejercicio de otras libertades.

Después de una década estamos aquí para celebrar ese origen visionario que hace posible cada vez más el despertar los derechos informativos y poner el acento crítico y observador a los poderes que tienen en sus manos que ellos sean posibles o no.

Celebramos los 10 años de vida de la AMEDI y sus avances, en medio de un contexto que no resulta fácil en este país tan convulso por una espiral de violencia que día a día arroja números fatales de miles de vidas perdidas. Muertes que son una herida lacerante en medio de una realidad dolorosa ante la inequidad social y la profunda desigualdad en la distribución de la riqueza, principios que ya de suyo permiten la violación de otros tantos derechos humanos. En contraste, un reducido grupo de privilegiados centralizan el poder y toman las decisiones que afectan a millones, convirtiéndose en una élite lejana de la sociedad, distante de los problemas más acuciantes. Entre ellos se encuentran los dueños de los medios comerciales de comunicación comercial, especialmente de las televisoras, que concentran la mayor parte de las frecuencias de radiodifusión, México es uno de los países con mayor concentración mediática en el mundo: el 94% de la televisión comercial es propiedad de dos compañías. En radio un 70% del total de estaciones concesionadas son operadas por 10 grupos. Convirtiéndose en un poder fáctico capaz de doblegar a las instituciones del Estado.

En estos años el gobierno de la “alternancia” ha sido de lo más obsequioso para con la radio y la televisión comercial, baste recordar el decretazo del 2002 que redujo drásticamente el impuesto en tiempos fiscales que tienen que pagar los concesionarios en tiempo aire, así como la determinación de repartir entre los mismos jugadores el poco espectro de queda en FM con las llamadas radios “Combo”, y que decir del refrendo a más de 100 concesiones de radio pasando por alto los criterios de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre la inconstitucionalidad de la llamada ley Televisa.

Con el advenimiento de la televisión digital de los 461 canales analógicos que el duopolio televisivo opera, se les ha asignado el doble de frecuencias con los llamados canales espejos para estar en posibilidad de iniciar la transmisión digital. De esta manera, sólo dos empresas podrán explotar 922 canales hasta el apagón analógico, que se podrán multiplicar hasta por 6 veces más con la reciente autorización de la Cofetel, con una simple toma de nota, para que las principales televisoras del país efectúen la llamada multiprogramación y con ello concentren cerca del 78% de las señales de televisión digital terrestre.

A esta situación hay que agregar que Televisa también concentra los servicios de la televisión por cable y la satelital, además de que junto con Telefónica Movistar, de España, y Megacable ganó en 2010 la licitación para la explotación de dos hilos de fibra óptica, con una infraestructura de 23 mil kilómetros que el Estado y nuestros impuestos hicieron posible, para prestar servicios de telecomunicaciones.

De no ser por el intenso debate público de la llamada licitación 21Televisa también tendría 30 Mhz en alianza con Nextel, así como la exención de impuestos que aprobó el Congreso para quien ganara dicha licitación. Alianza a la que la televisora renunció por encontrar un negocio más jugoso para fusionarse con Iusacell, propiedad de Salinas Pliego de TV Azteca, pendiente en su aprobación por la Comisión Federal de Competencia Económica con lo cual veríamos la mayor concentración de recursos comunicacionales como nunca antes en nuestro país, un riesgo que fue alertado desde hace meses por nuestro respetado maestro Miguel Angel Granados Chapa en su entrañable espacio Plaza Pública.

Penosamente vemos que se multiplican las plataformas digitales pero no se diversifican las voces que en ellas se expresen. La multiplicación de los panes y los peces que es una oportunidad histórica para nuevas voces se entregan a los mismos.

El duopolio televisivo es un poder fáctico que impone sus intereses, como lo pudimos testificar frente a la llamada “Ley Televisa” en el 2006. A más de 3 años de la sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al determinarla inconstitucional en sus principales artículos, vemos un Congreso temeroso de acatarla y legislar nuevas reglas para los medios, a pesar de tener, desde abril de 2010 una iniciativa integral presentada en ambas cámaras con la firma de legisladores de todos los partidos. Demostrando así que tienen el poder de frenar cualquier iniciativa que trastoque sus intereses. Así vemos luchar en contra de la corriente a unas cuantas excepciones en el poder legislativo.

En lugar de contar con un Congreso autónomo de estos poderes vemos como es cooptado por ellos, así lo muestran los diputados mejor conocidos como la Telebancada, que ocupan las curules y la comisión de RTC para defender los intereses de las grandes empresas mediáticas, y con sueldos envidiados por cualquiera, y pagados con los impuestos de la ciudadanía.

Ese poder fáctico de los medios acostumbrado a actuar como si las frecuencias de televisión y radio fueran de su propiedad y a anteponer sus intereses de lucro por encima de los sociales, es el que mantiene una campaña de desprestigio en contra del IFE y de franca rebeldía ante el cumplimiento de la ley con la intención de reventar la legislación electoral y volver al modelo de comunicación política que en años anteriores les dejo ganancias de miles de millones de pesos. Ese poder es el que hace posible que hoy día tengamos a un candidato a la presidencia de la República hecho gracias a las estrategias de una televisora que antes era soldado de un partido político y hoy sea un general que manda.

Ha sido la AMEDI quien sobre todos estos hechos ha alertado constantemente de los peligros que entraña para la democracia misma esta escandalosa concentración y ha realizado acciones para combatirlos junto con la sociedad para contar con pluralidad mediática, como lo fue la creación del Frente Nacional por una Nueva Ley de Medios en el 2007 que congregó a poco más de 200 organizaciones sociales y civiles.

Mientras, las voces críticas cada vez se marginan más, porque cada vez son menos los espacios en los medios en los que pueden expresarse, pues los y las periodistas incómodas son vetadas en otros medios, el caso más palmario fue el de Carmen Aristégui, a quien agradecemos mucho su presencia en esta celebración, cuya defensa de la audiencia demostró que no hay más audiencias dóciles. La respuesta social inusitada para apoyarle fue lo que dio origen al Encuentro Nacional por la Diversidad y Calidad de Contenidos en los Medios de Comunicación convocado por la AMEDI y al que acudieron cerca de 2 mil personas de numerosos sectores de la sociedad para proponer diversas propuestas para democratizar al modelo mediático imperante.

Este poder fáctico de los medios tiene suficiente fuerza para evitar que otras voces sean posibles en el dial, y mantiene una férrea estrategia para que las autoridades cierren emisoras comunitarias y las persigan penalmente. Resulta vergonzante la utilización del aparato institucional del Estado para defender intereses de unos cuantos particulares, maltratando y violentado los derechos de las comunidades más vulnerables, así lo muestra el hecho más reciente en estos días del encarcelamiento de Juan José Hernández, Director de la emisora comunitaria Radio Diversidad de la comunidad de Paso del Macho en Veracruz, y del cual la AMEDI exige su más pronta liberación. Por acción o por omisión el Estado relega y atropella a las radios comunitarias, En contraste, la eficacia con la que las persigue no es la misma eficacia para castigar a los responsables de los casos de Felicitas Martínez y Teresa Bautista, periodistas comunitarias, asesinadas en el 2008. La pregunta esencial y más básica que se hacen las comunidades ante esta situación, es ¿por qué el gobierno nos maltrata tanto?

En la lucha de las comunidades por su legítimo derecho a la comunicación a través de la radiodifusión comunitaria la AMEDI las ha acompañado, la obtención de los históricos primeros permisos también fue posible gracias a la asesoría y apoyo que recibimos de su parte, por ello de manera personal doy gracias, muchas gracias.

Monopolios y oligopolios en radio, televisión y telecomunicaciones que violan a los más mínimos derechos a la comunicación, que nos ofrecen servicios caros y de mala calidad, que nos ven como consumidores y no como sujetos de derecho.

Lo que tenemos ante nuestros ojos es un Estado debilitado frente a los grandes consorcios que presionan indebidamente para tener de su lado a los poderes judicial, legislativo y ejecutivo, que no tienen capacidad de regular y hacer valer la ley frente a la publicidad engañosa, mucha de ella poniendo en riesgo la vida de la gente. Que se dejan presionar para evitar que la comida chatarra sea lo que nuestra infancia consuma aunque afecte su salud. Que son permisivos para que los contenidos sean degradantes a la dignidad de la personas como nuevamente pudimos constatar en la basura de programa de la conductora Laura Bozzo.

También el derecho a la información esta vulnerado por el drama de ser el país más peligroso del continente para ejercer el periodismo, este vergonzante lugar lo ganamos por el número de asesinatos, desapariciones y agresiones en contra de periodistas y medios de comunicación. La casi totalidad de los casos se encuentran en la impunidad, ni un solo responsable, ni un solo castigo. Con ello, el mensaje que se da es que se puede seguir agrediendo al gremio periodístico porque nada sucederá.

Ante la impunidad y el miedo generalizado constatamos como muchos periodistas y medios de comunicación se refugian en la autocensura como forma de protección y evitar exponer la vida. Buena parte de ellos no tienen un contrato de trabajo, ganan apenas el salario mínimo y en consecuencia carecen de medidas de seguridad y capacitación para desarrollar su labor. La responsabilidad de los dueños de los medios de comunicación ante esta situación es escasa. Por ello el Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia, signado por cientos de medios de comunicación se antoja infructuoso, primero porque es un acuerdo cupular, y segundo porque se necesita mucho más que regular o peor aun, uniformar el lenguaje para proteger a los periodistas y medios de esta violencia que parece una pesadilla inacabable.

El influjo de los medios sobre los espacios del poder político, que privilegian sus intereses comerciales, es una de las principales preocupaciones de la AMEDI. Dejar sólo a las reglas del libre mercado la actividad de los medios profundiza las asimetrías en el ejercicio del poder económico por sobre el poder social, tal como actualmente lo podemos constatar, pues pese a que existe una reiterada demanda social por contar con un nuevo marco normativo para garantizar pluralidad y calidad de contenidos en los medios, ese poder social se minimiza ante las presiones de los dueños de los medios comerciales, especialmente de las televisoras. Se requiere de la acción ciudadana, de la recuperación del poder social que intervenga en los espacios del poder político.

En estos 10 años la AMEDI además ha contribuido a la generación de conocimiento que comparte a través de su fructífera producción editorial incluyendo la revista derecho a comunicar, al análisis crítico de las coyunturas más relevantes en materia de derecho a la información a través de sus comunicados y realización de foros y seminarios, en la permanente actualización de los temas a través de su boletín electrónico semanal, en el trabajo de formación profesional sobre el tema buscando que cada vez mas haya mas interesados y formados en el tema con cursos y diplomados, en la elaboración de propuestas legislativas para garantizar el derecho a la información de manera integral ante los poderes públicos, así como en la permanente observación sobre el cumplimiento del marco normativo del derecho a la información por parte del poder público.

Este quehacer es posible gracias a los asociados de la AMEDI, al trabajo de sus diferentes comités directivos y al acompañamiento imprescindible de su Consejo Consultivo que ha sido encabezado en secuencia primero por el maestro Granados Chapa, Nestor García Canclini y actualmente por Alberto Aziz Nassif a quien agradezco su acompañamiento en esta etapa.

10 años en los que la AMEDI también ha crecido en el país, hoy contamos con capítulos estatales en Baja California Norte, Zacatecas, Chihuahua, Sinaloa, Jalisco, Puebla, Oaxaca y Yucatán.

10 años que han contado con las luces, inteligencia y compromiso de quienes dirigieron su Presidencia directiva durante este tiempo: Beatriz Solis Leree, Javier Corral Jurado y de Raúl Trejo Delarbre, a ellos les debemos nuestro cariño y reconocimiento entrañable y les decimos gracias, gracias porque hicieron más que lo que su deber indicaba, que dieron luz, confianza, conocimiento, inteligencia, compromiso, legitimidad, ideas, visión y razón de ser a la AMEDI.

También quiero dar las gracias a la generosidad de los artistas que donaron su obra para esta celebración de los 10 años de la AMEDI: al Maestro Francisco Toledo, al monero “Trino” Camacho y al artista plástico Felipe Erhenberg, a ellos un gran abrazo desde la distancia y gracias por apoyar esta causa del derecho a la información.

Gracias al actual Consejo Directivo por su trabajo y talento cotidiano: Aimee Vega, Beatriz Solis, Laura Salas, Miguel Pulido, Gabriel Sosa Plata, Jorge Bravo, Alma Rosa Alba de la Selva, Daniel Contreras, Daniel Giménez Cacho, Mónica Lozano e Ismene Flores, quien tiene más de 5 años de trabajo comprometido con la Asociación. Gracias a Daniel y Mónica por ser los cómplices de que este evento sea posible, como a Javier Corral y Ernesto Velázquez por todo su apoyo.

Muchas personas más tendría que nombrar para dar las gracias, pero en aras de no agotar su paciencia simplemente diré que desde la AMEDI agradecemos el apoyo de quienes nos han acompañado en este camino, como la presencia de ustedes el día de hoy, porque creemos firmemente que es posible cambiar esta realidad porque un modelo mediático incluyente, diverso y plural es lo que se merece este país.

México, D. F. A 5 de diciembre de 2011.

Aleida Calleja

Presidenta de la Amedi.