No basta con la honestidad personal del Presidente, advierte colaborador de Claudia Sheinbaum; se buscaría acuerdo entre instituciones y sociedad civil para erradicar deterioro en poderes de la Unión, estados y actores económicos.
La corrupción persiste en todos los ámbitos de nuestra vida pública; sí, en el gobierno federal, pero, mucho más grave, en las administraciones estatales, y también en el sector privado. Enfrentarla supone un reto enorme para el país; requiere un acuerdo que marque el fin de la descomposición y el inicio de un nuevo periodo.
Javier Corral habla como representante de Claudia Sheinbaum, precandidata presidencial del oficialismo. Forma parte de su equipo de trabajo, y dentro de su encomienda desarrolla diálogos con una amplia gama de actores interesados en el combate a la corrupción. En un apretado balance inicial, describe, entre otros, dos requisitos para diseñar propuestas viables: “Necesitamos una reconciliación en México…, construir la confianza de todos…, trabajar de la mano de instituciones y de la sociedad civil”.
Corral fue una de las figuras novedosas presentadas el pasado 3 de diciembre por Sheinbaum Pardo para alentar los llamados “Diálogos para la transformación”; un equipo que coordina el exrector de la UNAM Juan Ramón de la Fuente, y cuyos integrantes han desarrollado encuentros, públicos y privados, bajo una veintena de temáticas.
Con más de cuatro décadas de trayectoria política, Corral Jurado asumió, en entrevista con La Silla Rota, que puede haber diferencias entre la visión que propone con la orientación del gobierno López Obrador. Planteó: “La honestidad personal del Presidente no ha sido suficiente para irradiar este ejemplo hacia todas la estructuras. Necesitamos un modelo transversal que garantice probidad de la estructura política en todos los demás niveles de gobierno, los poderes de la Unión, la sociedad misma y los sectores económicos. Enfrentamos un problema mayúsculo”.
El exgobernador de Chihuahua refirió que muchos países han logrado avances profundos en el combate a la corrupción mediante controles sobre contrataciones públicas, con fiscales que investigan las denuncias de corrupción política. Pero en todos los casos, dijo, alentaron la participación de observatorios ciudadanos, se atendieron denuncias sociales. Se fortalecen las estrategias tanto las estrategias preventivas como las punitivas. “O construimos todos ese nueva andamiaje, o el problema se agravará”, alertó.
Corral aseguró que durante su gobierno en la ciudad de México, Claudia Sheinbaum logró abatir la corrupción al someter trámites y procesos a nuevos sistemas tecnológicos. “Hay un firme compromiso de ella de impulsar reformas que mejoren la eficacia en el abatimiento de la corrupción, con el apoyo de las diversas instituciones en este campo, que desde luego no pueden ser desmanteladas”.
En noviembre de 2023, Corral renunció a una mlitancia de 41 años en el Partido Acción Nacional, bajo cuyas siglas se desempeñó como gobernador (2016-2021), senador (2012-2016), y varias veces diputado local y federal. Nacido en 1966, no había cumplido la mayoría de edad cuando en 1982 se acercó al entonces candidato presidencial panista Pablo Emilio Madero. Su infancia fue picada por el interés en el periodismo (que ya practicaba a los 11 años), y por su observancia religiosa, que lo llevó a ser monaguillo, pero también a presenciar las homilías del obispo liberal Manuel Talamás Camandari.
“Hoy el PAN es una entelequia”
Miembro de las dirigencias panistas por décadas, aseguró que en diciembre de 2020 “prácticamente me despedí del partido cuando anunció su alianza con el PRI…voté en contra; era gobernador de Chihuahua, no quise alentar una ruptura, pero no volví a regresar. Hoy el PAN es una entelequia; sufrió una evolución hacia lo peor. Ha quedado secuestrado por estrictos neogociantes de intereses muy particulares…”.
Corral refirió que renunció al PAN, pero que no se afiliará a Morena. Reveló que durante su gubernatura inició una estrecha comunicación con Claudia Sheinbaum, entonces al frente de la capital del país. Y que al término de su mandato retomó una relación con el presidente López Obrador, quien incluso le ofreció colaborar con el gobierno, lo que no se concretó.
En una parte central de la entrevista, con una actitud relajada, Corral largó un diagnóstico de los partidos, y en particular sobre Morena:
“La oposición se está muriendo de inanición porque no se alimenta de nuevas fuerzas, pero cuidado, porque Morena puede morir de indigestión si come de todo. Esos son los dos grandes retos que tiene el sistema de partidos…”.
Extractos de la entrevista
P (Pregunta). ¿Cómo fue el proceso de dejar al PAN y acercarse a la llamada cuarta transformación?
JC (Javier Corral). Fue un proceso largo de maduración, no una decisión. Cuando el partido determinó finalmente aprobar la alianza con el PRI yo voté en contra en el Consejo Nacional. Me parecía que se estaba generando una de las decisiones que ponía fin a lo que hasta ese momento podía ser todavía el PAN y lo que ahí empezaba. Lo que conocemos ahora el PRIAN, pero ya institucionalizado. El PAN ahora es una nostalgia en muchos sentidos, es un recuerdo que muchos panistas todavía, con mucha legitimidad, con voluntad muy genuina, buscan rescatar. Yo perdí toda la esperanza antes…. La tragedia es verlo cómo quedó. Secuestrado por negociantes de minucias. No me he afiliado a Morena, no seré miembro de ningún otro partido. Yo he tomado la decisión de tener una participación como un elemento externo al proyecto de la 4T. De hecho esos son los términos en los que he hablado con la doctora (Sheinbaum). Ella realmente está convencida de que es fundamental integrar un equipo plural para la construcción de su programa de gobierno.
P. Hay una crisis del sistema de partidos. ¿Cómo alcanza esto a Morena?
JC. Otros partidos en México ya van de salida. Morena está de llegada y cada vez en un ascenso mayor, que reclama de sí muchas cosas, no solamente una identidad ideológica más, más acabada. Vamos a decirlo: tiene que concretar, como partido, una identidad ideológica y programática. Porque Morena es el lopezobradorismo, pero eso tiene que ser también definido en un programa ideológico; esa no es una tarea que yo tenga para mí, pero tiene también el gran reto de la democratización, de la rendición de cuentas, del control muy estricto de candidatos a distintos cargos de elección popular.
P. ¿Cómo fue el acercamiento con Claudia Sheinbaum?
JC. Desde hace años tenemos una relación personal. Por temas de chamba y también gracias a un diálogo muy franco, muy abierto, sobre el momento político que vive el país. Casi al final de mi administración como gobernador de Chihuahua platicamos de muchas coincidencias. Ampliamos esa conversación cuando ya voy a dar el paso de sumarme. Tuve una relación con el presidente López Obrador durante mi gobierno; cercana, muy afectuosa, muy franca. Y en muchos sentidos, muy solidaria, con un gran diálogo personal. Tuvimos un gran bache por la confrontación por el tema del agua. A mí se me descalificó desde la mañanera. Vino un momento después donde él buscó reencauzar nuestra relación institucional y yo la relación personal, porque al final del día tenemos muchas coincidencias, como también tenemos diferencias. El me llegó a decir: “A ti te gusta enfatizar las diferencias”.
P. ¿Hubo alguna invitación a participar en el gobierno?
JC. Sí, del presidente López Obrador, en conversación conmigo. Luego de que concluí mi responsabilidad como gobernador. Me invitó a distinta responsabilidades; no vi condiciones para eso, y lo hablamos con toda tranquilidad, con toda la franqueza. Él entendió mi posición muy bien, ha sido muy respetuoso conmigo López Obrador…no ha sido nunca un toma-y-daca, o que yo te voy a apoyar para que tú me apoyes. Se conoció incluso un ofrecimiento público que me hizo para ser embajador.
P. ¿Cuál fue la invitación de Claudia Sheinbaum?
JC. Lo hizo personalmente. Y fue precisamente para construir una propuesta en materia de gobierno honesto y de combate a la corrupción. No partimos de cero. Pero hay una premisa fundamental: No basta con que el presidente de la República sea honesto; no es suficiente para irradiar de ese ejemplo a las estructuras, pero no sólo del ámbito federal, sino de los niveles de gobierno, de los poderes de la Unión. Tenemos un problema mayúsculo de corrupción, porque atraviesa a distintos ámbitos: la sociedad misma los sectores económicos…, entonces lo que necesitamos es construir un modelo realmente transversal, y necesitamos una revisión de las instituciones y de las capacidades que el Estado tiene para enfrentar este problema. Cuando la doctora Sheinbuam integra este equipo externo de carácter plural lo que busca es fortalecer con una mayor especificidad técnica esa propuesta y, particularmente, en temas de salud, de educación, de justicia, de gobierno honesto y anticorrupción. Lo que vamos a hacer es escuchar a los distintos sectores, a las distintas organizaciones y actores claves que han tenido una participación relevante al frente de instituciones. Nos vamos a reunir con todos, platicar con todos.
P. ¿Ello supone desmantelar a instituciones como el INAI?
JC. No, no, lo que estamos pensando es fortalecer el entramado institucional para que nos permita hacer un mejor combate a la corrupción en dos grandes vertientes, por un lado la parte preventiva, que es más importante a veces. Yo creo que hay un trabajo importante que hacer en el fortalecimiento de la persecución o de la parte punitiva de la corrupción, pero hay mucho también en la parte preventiva. Y aquí hay un tema del que la doctora Claudia Sheinbaum puede dar un testimonio y un ejemplo muy importante, porque en la ciudad de México hizo un gran avance al innovar en muchos procesos. Cuando invertimos en tecnología para digitalizar trámites para reducir trámites para generar la posibilidad de compras transparentes de temas digitales estamos reduciendo los niveles de la corrupción.
P. ¿Cómo se aterrizará la propuesta?
JC. La palabra pacto está un poco gastadita o contaminada; lo que necesitamos es un gran acuerdo que involucre a todos los sectores y que comprometa metas y objetivos. El Sistema Nacional Anticorrupción estaba planteado para lograr coordinación de autoridades federales y gobiernos estatales. Hay que reconocer tuvo errores en su diseño original, por lo que no ha servido ni siquiera para la coordinación en el ámbito federal. La doctora Sheinbaum nos ha pedido proponerle un conjunto medidas que se puedan realizar, porque siempre habrá una limitante de carácter presupuestal, y otra será la jurídica, que estará en manos del Congreso, de las fuerzas políticas.
P. ¿Existe un equipo para este proyecto que esté desarrollando varias líneas en este mismo entorno?
JC. Sí. Y se espera de nosotros un documento de propuestas que discutiremos con ella para ser incorporadas a su programa de gobierno como oferta electoral en la campaña. Ese documento tendrá dos o tres momentos para ser perfeccionado. Primero la consulta con ella, que decidirá lo que a partir del primero de marzo ofrecerá al electorado. He invitado de entrada a un equipo que me acompañe en ir construyendo esta propuesta: Paulo Díez, Muna Dora Buchain, César Alejandro Chávez Flores, Francisco González Arredondo. Y estamos incorporando a otras personas.
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