No hay palabras que puedan expresar la consternación, tristeza y dolor que me causa la muerte de Raúl Padilla López, gran amigo de siempre, ex rector de la @udg_oficial, fundador e impulsor incansable de la @FILGuadalajara su legado indiscutible como el gran promotor cultural que fue en nuestro País.

El pasado 19 de enero vivimos juntos un episodio singular de nuestra amistad y relación bibliófila, del que luego nos reímos y hasta cierto punto celebramos: la inauguración y clausura de mi librería @SandorMaraiLib en la Cd. de Chihuahua.

Invité a Raúl para que cortara el listón inaugural y diera el banderazo de arranque a uno de mis anhelos más antiguos: poner una librería; cómo él mismo lo hizo muchos años atrás. El acto formal no se pudo llevar a cabo por la clausura una horas antes de iniciar la ceremonia, pero hicimos uno simbólico en el Parque Revolución, al pie del mausoleo de Francisco Villa, a donde cada quien llevó sus sillas.

La librería fue un proyecto que varias veces había comentado con Raúl, y cuando se hizo realidad y la conoció le encantó, estaba realmente contento, felíz. Luego siguió muy al pendiente de nosotros, dándome consejos, proponiéndome autores para presentarlos acá.

No concibo qué pudo haber pasado para desencadenar este terrible desenlace, cuando apenas unas semanas me platicaba de grandes proyectos. La única certeza que hoy tengo es que lo vamos a extrañar mucho. Y duele su partida.